HISTORIA
El inicio de nuestra andadura tuvo lugar un siete de julio del año 1929. En esta fecha, se constituyó la primera Junta de Gobierno de la Hermandad, formada por los siguientes señores:
Hermano Mayor: D. Ismael Escribano Tirado.
Secretario: D. Manuel Calero García.
Tesorero: D. Antonio Dueñas Fernández.
Los restantes cargos fueron ocupados por: D. Félix Redondo Guillén, D. José Fernández Sánchez, D. Joaquín Cabrera Bueno, D. Julio Campos García, D. Rafael Fernández Sánchez, D. Juan Herrero García, D. José Fernández Escribano y D. Emilio Dueñas García.
Dieron su nombre y firma, para la fundación de la Cofradía, cincuenta varones y seis señoras.
Los señores fundadores de la Hermandad de la Soledad pensaron ubicarla en la parroquia de Santa Catalina, pero ante la oposición y negativa del párroco, D. Antonio Rodríguez Blanco, se dirigieron, porque estaban ilusionados en crearla, al párroco de San Sebastián, D. José Fernández Sánchez, que aceptó de buen grado la feliz idea.
En la primera Junta se discutió cuál había de ser el uniforme de la cofradía: túnica negra, capa blanca, antifaz negro, cinturón de esparto y zapato negro; aunque “no debía de quedar en firme y sí provisional hasta tanto se recibieran los modelos de Málaga o de Sevilla, puesto que de una de ellas se había de elegir la túnica o traje que han de llevar los cofrades”. En la siguiente Junta se adoptó el modelo de la cofradía del mismo nombre de Sevilla “compuesta de túnica blanca con cola, antifaz y escapulario negros, escudo bordado con el Monte, la Corona, la Cruz y dos palmas, cirio pascual de un metro y calzado negro”. Posteriormente, en acta del 22 de Febrero de 1931, se acuerda que todos los cofrades deberán llevar guante negro en la procesión del Viernes Santo.
Hay que hacer resaltar que en principio, y durante algunos años, el hábito de nazarenos lucía una cola, como se puede apreciar en la siguiente fotografía.
Tapado: D. Manuel Calero García.
Descubierto: D. Alfonso Yun Cobos.
Los Estatutos de la Hermandad de la Soledad se confeccionaron el día 14 de Julio de 1929, siendo aprobados por el Vicario General de la Diócesis Dr. Rafael García, el 6 de Septiembre del mismo año.
Estos Estatutos constan de siete capítulos que se refieren a: el primero, al objeto de la fundación de la Hermandad; el segundo, enumera las necesarias condiciones y obligaciones que se requieren para ser hermano; el capítulo tercero trata del gobierno y régimen de la Hermandad; el cuarto relaciona las obligaciones de la Junta de Gobierno; de cuándo y cómo se celebrarán las Juntas Generales, se habla en el capítulo quinto; el sexto señala dónde se invertirán los fondos existentes, y el séptimo, de varios.
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