1º Día de Triduo (01-04-2020): Costaleros y
Costaleras.
MONICIÓN AMBIENTAL
Bienvenidos al primer día
de triduo de la Hermandad
de la Soledad.
Hoy nos encontramos aquí
para celebrar la Eucaristía
y, en ella, queremos estar presentes los costaleros y costaleras de nuestra Hermandad.
Presentes para agradecer a nuestra Madre las gracias que cada día nos concede.
Estamos en Cuaresma, caminando hacia la Pascua. Ayer, en la Celebración
Penitencial celebramos cómo el Señor siempre está dispuesto a
perdonar al hijo y, como un padre, con su infinita misericordia, nos da una
nueva oportunidad. En cada momento de nuestra vida siempre muestra su paciencia
y amor hacia todos los hombres. En este camino cuaresmal seguimos siendo
llamados a la penitencia y el perdón: ¡Es tiempo de volver la mirada a Dios! ¡Ha
llegado el tiempo de la conversión!
Con estos sentimientos, iniciamos la Eucaristía.
MONICIÓN DE LA 1ª
LECTURA
En el libro de Daniel se
nos muestra cómo la fidelidad a Dios lleva a tres jóvenes de la corte del rey Nabucodonosor
a sufrir persecución y verse al borde de
la muerte.
PRIMERA
LECTURA (Daniel 3, 14-20,91-92.95
Lectura
de la profecía de Daniel
En aquellos días, el rey Nabucodonosor
dijo:
“¿Es cierto, Sidrac, Misac y Abdénago,
que no teméis a mis dioses ni adoráis la estatua de oro que he erigido? Mirad:
si al oír tocar la trompa, la flauta, la cítara, el laúd, el arpa, la vihuela y
todos los demás instrumentos, estáis dispuestos a postraros adorando la estatua
que he hecho, hacedlo; pero, si no la adoráis, seréis arrojados inmediatamente
al horno encendido, y ¿qué dios os librará de mis manos?”.
Sidrac, Misac y Abdénago contestaron
al rey Nabucodonosor:
“A eso no tenemos por qué responderte.
Si nuestro Dios a quien veneramos puede librarnos del horno encendido, nos
librará, oh rey, de tus manos. Y aunque no lo hiciera, que te conste, majestad,
que no veneramos a tus dioses ni adoramos la estatua de oro que has erigido“.
Entonces Nabucodonosor, furioso contra
Sidrac, Misac y Abdénago, y con el rostro desencajado por la rabia, mandó
encender el horno siete veces más fuerte que de costumbre, y ordenó a sus
soldados más robustos que atasen a Sidrac, Misac y Abdénago y los echasen en el
horno encendido.
Entonces el rey Nabudonosor se alarmó,
se levantó y preguntó, estupefacto, a sus consejeros:
“No eran tres los hombres que atamos y
echamos al horno?”
Le respondieron:
“Así es, majestad“.
Preguntó:
“Entonces, ¿cómo es que veo cuatro
hombres, sin atar, paseando por el fuego sin sufrir daño alguno? Y el cuarto
parece un ser divino.
Nabucodonosor, entonces, dijo:
“Bendito sea el Dios de Sidrac, Misac
y Abdénago, que envió un ángel a salvar a sus siervos, que, confiando en él,
desobedecieron el decreto real y entregaron sus cuerpos antes que venerar y
adorar a otros dioses fuera del suyo.
Palabra
de Dios.
SALMO:
Daniel 3, 52-56
R/
¡A ti gloria y alabanza por los siglos!
V. Bendito eres, Señor, Dios de nuestros padres
Bendito tu nombre, santo y
glorioso. R/.
V. Bendito eres en el templo de tu
santa gloria. R/.
V. Bendito eres sobre el trono de tu
reino. R/.
V. Bendito eres tú, que sentado sobre
querubines sondeas los abismos. R/.
V. Bendito eres en la bóveda del
cielo. R/.
MONICIÓN DEL EVANGELIO (Juan 8, 31-42).
El evangelio de San Juan nos hace
reflexionar sobre nuestra fe, que debería ser profunda e incondicional, como la
de Abrahán.
EVANGELIO: Juan 8, 31-42
En aquel tiempo dijo Jesús a los
judíos que habían creído en él:
“Si permanecéis en mi palabra, seréis
de verdad discípulos míos; conoceréis la verdad y la verdad os hará libres“.
Le replicaron:
“Somos linaje de Abrahán y nunca hemos
sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: “Seréis libres”?
Jesús les contestó: “En verdad en
verdad os digo: todo el que comete pecado es esclavo. El esclavo no se queda en
la casa para siempre, el hijo se queda para siempre. Y si el Hijo os hace
libres, seréis realmente libres. Ya sé que sois linaje de Abrahán; sin embargo,
tratáis de matarme, porque mi palabra no cala en vosotros. Yo hablo de lo que
he visto junto a mi Padre, pero vosotros hacéis lo que le habéis oído a vuestro
padre”.
Ellos replicaron:
“Nuestro padre es Abrahán”.
Jesús les dijo: “Si fuerais hijos de
Abrahán, harías lo que hizo Abrahán. Sin embargo, tratáis de matarme a mí, que
os he hablado de la verdad que le escuché a Dios; y eso no lo hizo Abrahán.
Vosotros hacéis lo que hace vuestro padre”.
Le replicaron: “Nosotros no somos
hijos de prostitución; tenemos un solo padre: Dios”.
Jesús les contestó: “Si Dios fuera
vuestro padre, me amaríais, porque yo salí de Dios, y he venido. Pues no he
venido por mi cuenta, sino que él me envió“.
Palabra
del Señor.
Reflexión a la Palabra
Hoy
pude leer la ejecución de esos 20, 21, 22 cristianos coptos. Solamente decían:
“Jesús, ayúdame”. Fueron asesinados por el solo hecho de ser cristianos. La
sangre de nuestros hermanos cristianos es un testimonio que grita. Sean
católicos, ortodoxos, coptos, luteranos, no interesa: son cristianos. Y la
sangre es la misma, la sangre confiesa a Cristo. Recordando a estos hermanos
que han sido muertos por el solo hecho de confesar a Cristo, pido que nos
animemos mutuamente a seguir adelante: los mártires son de todos los
cristianos.
Papa Francisco.
Cristo,
un componente esencial de mi vida cristiana es “permanecer en tu palabra para
ser discípulo tuyo”. Hoy anuncias el gran fruto de la verdad: “Conoceréis la
verdad, y la verdad os hará libres”. ¡Ser libre! Una aspiración humana que
únicamente pueden alcanzar tus discípulos. Es la libertad de espíritu, la
verdadera, la que viene de ti y me otorga no ser esclavo del pecado, ni del
demonio, al que podré rechazar y vencer. Es la libertad que me salva. ¡A ti gloria y alabanza por los siglos!
(Daniel 3,52b)
PETICIONES
Por el papa Francisco, para que sea iluminado
y fortalecido por el Espíritu en su labor de gobierno de la Iglesia, y acompañado por
María consuelo de los cristianos.
ROGUEMOS CON MARIA AL SEÑOR.
Por los gobernantes de las naciones,
encargados de regir el progreso y el bienestar de los pueblos, para que no
escatimen esfuerzos en la búsqueda de la paz y la justicia.
ROGUEMOS CON MARIA AL SEÑOR
Por los que son perseguidos por su fe, para
que se mantengan firmes, aún en medio de la tortura y del martirio.
ROGUEMOS CON MARIA AL SEÑOR.
No olvidemos que estamos en Cuaresma. Por los
costaleros y costaleras, para que con María, camino del Calvario, aprendamos a
llevar nuestra propia cruz y nos preparemos con más intensidad a los días
santos que se acercan.
ROGUEMOS CON MARIA AL SEÑOR.
Por los enfermos y familiares que están sufriendo está pandemia y por todos
los que vivimos esta Eucaristía, para que cada
uno de nosotros, a nuestra manera, tengamos profunda confianza en Dios.
ROGUEMOS CON MARIA AL SEÑOR
Por todos nuestros difuntos y, especialmente en esta noche por los
difuntos de la pandemia del coronavirus y los difuntos de la Hermandad de la
Soledad, para que estén gozando de la presencia del Señor.
ROGUEMOS CON MARIA AL SEÑOR.
ACCIÓN DE GRACIAS
Antes de finalizar esta Eucaristía, Señor, queremos darte gracias por tu presencia en medio de
nuestra fiesta.
Sin Ti, no sería lo mismo.
Sin Ti, nos faltaría algo.
Sin Ti, no tendríamos fuerzas para seguir adelante.
Ayúdanos
Señor a descubrir en tu persona
la huella de Dios y a dejarnos transformar:
por tu mano que siempre es poderosa,
por tu Palabra que siempre es sabia,
por tus caminos, que siempre son seguros,
por tu mirada, que siempre es profunda,
y por tu madre, nuestra Virgen de la Soledad.