El pasado domingo 4 de noviembre tuvo lugar la Solemne Eucaristía en honor a Nuestra Hermana la Beata Teresa Cejudo Mártir en nuestra Sede Canónica, la Parroquia de San Sebastián. La Santa Misa coincidió con la que mensualmente celebra Nuestra Hermandad en sufragio por el eterno descanso del alma de nuestros hermanos y hermanas cofrades fallecidos.
A las 19:00 horas comenzó el rezo del Santo Rosario para media hora después iniciar la Santa Misa, siendo presidida por nuestro capellán Don Juan Caballero y concelebrada por el párroco de San Sebastián Don Aníbal Miller Cantero. La liturgia estuvo preparada por la vocalía de cultos de Nuestra Hermandad, resultando una emotiva Eucaristía a la que asistieron un gran número de fieles y devotos.
Durante la intensa homilía, nuestro capellán nos invitaba a reflexionar sobre la importancia de contar en Nuestra Hermandad, feligresía y localidad con la figura de la Beata Teresa Cejudo Mártir, clasificándolo como un "un hermoso regalo de Dios" que debemos mantener y dar a conocer a todos. Nos invitaba a imitarla, "es muy grande y relevante el mensaje que Teresa Cejudo nos da", a tenerla como modelo de Fe, confianza en Dios, caridad, amor y capacidad de perdón. Nos pedía colaborar entre todos para solemnizar sus cultos, para tenerla presente en nuestras oraciones, aún con más motivo en el presente Año de la Fe, siendo ella un valioso ejemplo de la misma, ejemplo de mujer sencilla, generosa y piadosa, mujer como nosotros que tanta veces rezó y acompañó a Nuestra Santa Titular, pero mujer que supo dar aquello que la sociedad no esperaba pero que le había pedido Dios, una mujer de una fortaleza sobrenatural que solo le podría ofrecer su Fe.
Con motivo de la Solemne Eucaristía en honor a Nuestra Hermana, el equipo de priostia de la Hermandad preparó un altar presidido por la Santa Reliquia. El mencionado altar seguía la línea de los últimos años al que en esta ocasión se le ha añadido un dosel negro de fondo y simbología. La Santa Reliquia se encontraba depositada sobre columna dorada rodeada de cuatro querubines símbolo de la gloria celestial de la que goza nuestra hermana, bajo la Reliquia se ubicaba una representación alegórica de los pilares fundamentales donde la Beata Teresa Cejudo sustentó su Fe y en las que encontró consuelo en los malos momentos, un crucifijo en el centro escoltado por las Santas Escrituras y símbolos eucarísticos, sobre la Santa Biblia se encontraba un rosario de Nuestra Titular. Completaban el altar seis piezas de la candelería procesional del paso de palio, los cuatro ciriales de la capilla de la Santa Cruz en el Monte Calvario y dos centros florales en tonalidad roja en alusión al derramamiento de sangre por la defensa de la Fe de la Beata-Mártir. El altar ha permanecido instalado hasta el día de hoy, 6 de noviembre, día que la Iglesia Católica celebra oficialmente la Festividad de los Mártires del siglo XX.
Al finalizar la Eucaristía y una vez cantada la "Salve" a Nuestra Amantísima Titular, la Santa Reliquia fue besada piadosa y fervorosamente por multitud de fieles y devotos.