viernes, 17 de junio de 2011

Memorable recimiento a la Cruz de los jóvenes y el Icono de la Virgen

El pasado sábado 8 de junio todos los pozoalbenses y habitantes de los pueblos colindantes vivieron un día histórico, la llegada de la Cruz de los Jóvenes y el Icono de la Virgen María, regalos del beato Juan Pablo II a los jóvenes del mundo.

Desde las 18:00 horas los jóvenes se iban dando cita en la Cruz de la Unidad para con la ayuda de unos animadores ir preparando con júbilo la llegada de tan insignes visitantes.

Como no podía ser de otra forma numerosos jóvenes de nuestra Hermandad vistiendo los polos rojos, asistieron con entusiasmo a todo lo preparado para la jornada, viviendo y disfrutando cada instante de la tarde, conscientes de la importancia y el valor de lo que estaban viviendo.
Pasados veinte minutos de las 19:00 horas todas las personas congregadas rompian en aplausos para festejar que por fin la Cruz de los Jóvenes y el Icono de la Virgen estaban en Pozoblanco, subiendo al escenario preparado con las palabras del beato Juan Pablo II de fondo, primero en italiano, recogiendo el mensaje que dió a los jóvenes al regalarle la cruz y posteriormente en español el papa de los jóvenes se dirigia a todos los asistentes con palabras de ánimo a ser testigos de Cristo muerto y resucitado. Tras las palabras del beato, nuestro Hermano Mayor don Moisés Antolín Serrano, componente de la comisión organizadora de los actos en Pozoblanco con motivo de la JMJ, daba la bienvenida en nombre de todos los jóvenes a la Cruz, el Icono y nuestro Señor Obispo Don Demetrio que los acompañaba, en su discurso de bienvenida animaba a los jóvenes a ser valientes y conscientes de que depende de ellos cambiar la sociedad; continuaba el turno de intervenciones con las palabras del alcalde de Pozoblanco Don Baldomero García, el cual en su larga intervención reflejaba la importancia del papel de los jóvenes dentro de la sociedad pozoalbense a pesar de los malos momentos de crisis, desempleo...; concluían las intervenciones con las esperadas palabras de don Demetrio Fernández, las cuales estuvieron interrumpidas en numerosas ocasiones por los aplausos de un pueblo entregado, durante su intervención animó a los jóvenes a asistir a Madrid a la Jornada Mundial de la Juventud, pero que antes había que estudiar mucho, manifestó la palpable juventud de la Iglesia Católica y la fuerza de los jóvenes dentro de la misma.
Terminado el acto de bienvenida se procedió a realizar el ejercicio piadoso del Santo Vía Crucis por las calles de Pozoblanco para terminar en Santa Catalina. Durante el Vía Crucis la larguísima comitiva fue acompañada por la banda municipal de música que animó aún más el transcurso de la Cruz y el Icono, entre las distintas estaciones. Tanto la Cruz de los jóvenes como el Icono de la Virgen María eran precedidos por las correspondientes capillas, para las que la Hermandad cedió los antiguos ciriales del paso de la Santa Cruz, así como los incensarios del mencionado paso.

Como ya dimos a conocer en nuestro blog, cada estación era preparada por los distintos grupos católicos juveniles, los cuales durante su estación, no solo leían y dirigían la oración, sino que eran los encargados de portar la Cruz y el Icono, teniendo la opción de poder decorar el trayecto de su estación.

El grupo joven de nuestra Hermandad fue el encargado de realizar la décima estación, la cual fué realizada desde la altura de la costanilla de "El risquillo" en la calle mayor hasta la calle real a la altura del ayuntamiento. Una gran pancarta realizada por los miembros del grupo con el lema de la JMJ, en la que plasmaron sus manos en distintos colores, abría el trayecto que fue decorado con los colores de la jornada, el rojo y el blanco; banderolas, globos, cadenetas... entre las que destacaban los dibujos de Nuestra Titular que fueron coloreadas por los niños de la Hermandad y que se disponian en las farolas del trayecto. Tras el rezo de la décima estación, el grupo joven había preparado el rezo cantado de la "Salve" en honor y recuerdo a nuestra Madre, el cual fue seguido con entusiasmo por las numerosas personas que acompañaron durante el recorrido a la Cruz y el Icono.

Para terminar una adoración de la Cruz en la parroquia de Santa Catalina de Alejandría, donde fue recibida entre aplausos. Tras ser besada por miles de personas entre una intensa emoción, la Cruz y el Icono de la Virgen se despedían de Pozoblanco, emplazando a los jóvenes a Madrid para el próximo agosto. Previo a la despedida don Demetrio Fernández dirigía sus últimas palabras a los miles de personas que se daban cita en el templo, reflexionando sobre la importancia de la adoración y el culto a la Cruz, máximo símbolo de los cristianos; terminaba sus palabras para agradecer a todas las personas el caluroso recibimiento ofrecido, así como el amplio respaldo del acto, demostrando con ello que la Iglesia está más viva que nunca.

Fue sin duda un acontecimiento irrepetible, un momento único en Pozoblanco no solo por la visita de la Cruz de los jóvenes y el Icono de la Virgen María, sino por la dimensión social que adquirió el acto, según datos policiales unas 1.500 personas se dieron cita en la Cruz de la Unidad y entre 5.500 y 6.000 personas participaron en cualquier momento de los actos organizados desde las 18:00 a las 21:30 horas.