Fruto de las investigaciones de nuestro buen amigo D. José Luis González Peralbo relativas a la documentación histórica sobre la devoción a la Virgen de la Soledad en nuestra localidad y que, próximamente, en la revista anual de la Hermandad de la Soledad se verán reflejadas en un estupendo artículo, publicamos aquí parte de ellas. Son las relativas a la forma de recaudar fondos en beneficio de la imagen de la Virgen de la Soledad que se veneraba ya en la parroquia de Santa Catalina allá por el siglo XVII.
El 9 de Octubre de 1700 figura, en el documento de la fotografía, la adquisición de un toro, por 396 reales, a un vecino de Pedroche, Blas de Herrera, para las fiestas de los ornamentos y el manto de Nuestra Señora de la Soledad. La transcripción literal del documento dice así:
"Toro que se compró en Pedroche para las fiestas que se hicieron para el manto y ornamentos de Nuestra Señora de la Soledad, 396 reales.
Bartolomé Moreno, mayordomo de los propios de este Concejo, de los maravedíes de su cargo dé y pague a Blas de Herrera, vecino de Pedroche, trescientos setenta y cinco reales que se le deben por el valor de un toro que vendió a este Concejo lo dio de limosna para que el valor de su carne y pellejo lo percibiese el licenciado don Francisco Merchán de Cabrera, presbítero de esta villa, para que se convirtiese su valor en un manto de terciopelo y otras cosas para dicha santa imagen, por estar con indecencia. Y más, se le hagan buenos quince reales que dio a Juan Bautista, vecino de esta villa que fue a traer dicho toro, y seis reales de dos pares de suelas que se dieron a los vaqueros que le ayudaron, que todo hace trescientos y noventa y seis, que con sólo recibo de dicho Blas de Herrera serán bien dados y se le pasarán en cuenta. Hecho en Pozoblanco en nueve de octubre de mil y setecientos. Rúbricas de Martín Muñoz Delgado, Martín Alonso Torrico de Pedrajas y el escribano José Vélez de Guevara."
Como podemos observar no es nada nuevo, pues ya lo hacían nuestros antepasados, la organización de todo tipo de festejos con el fin de recaudar fondos para sufragar los gastos que conlleva el mantenimiento, con el decoro que es debido, de nuestras imágenes y santos titulares.