jueves, 12 de mayo de 2011

Varios jóvenes de nuestra Hermandad asistieron al Encuentro Pascual en Montilla

Tal y como anunciábamos días atrás en nuestro blog, el pasado sábado 7 de mayo el Señor Obispo convocaba a todos los jóvenes de la diócesis de Córdoba a reunirse en Montilla en torno a Jesús Resucitado y a San Juan de Ávila, co-patrono de la JMJ 2011, para celebrar un encuentro pascual.

Varios jóvenes de nuestra Hermandad se desplazaron a Montilla para compartir con otros 300 jóvenes aproximadamente llegados de todos los puntos de Córdoba, un día festivo enmarcado dentro de los actos preparativos de la próxima Jornada Mundial de la Juventud que se celebrará en Madrid en agosto.

La jornada comenzó en los patios del Colegio Salesiano donde el Señor Obispo daba la bienvenida a todos los asistentes, tras él, tomaba la palabra Don Pablo Garzón, delegado diocesano de Juventud, el cual daba paso a una animada representación teatral a cargo de jóvenes de la diócesis donde contaban la vida de San Juan de Ávila.
Una vez concluido el teatro todos los jóvenes se dirigieron en procesión con el Icono de María que el beato Juan Pablo II regaló a los jóvenes universitarios, hacia la Parroquia de la Encarnación, lugar donde reposan los restos del Santo, donde tuvo lugar la Santa Misa presidida por Don Demetrio Fernández y concelebrada por numerosos sacerdotes de toda la diócesis cordobesa.
Durante la Eucaristía fue bendecido un cuadro con el retrato del recién proclamado beato Juan Pablo II, el cual el Señor Obispo regalo a los jóvenes de Córdoba y se conservará en la Casa de la Jóvenes, local situado en un anexo a la Parroquia de la Compañía de la capital.
En la homilía, Don Demetrio, ensalzó la figura de San Juan de Ávila, animó a los jóvenes a perseguir el don de la santidad en Nuestro Señor y recordó la figura de beatificado Juan Pablo II, el papa de los jóvenes.

Tras la Santa Misa los asistentes se dirigieron de nuevo al colegio salesiano para comer una riquísima paella que habían preparado para todos los jóvenes participantes en el Encuentro Pascual.

Una vez comido y ya de forma privada las personas que lo desearon visitaron la casa-museo donde vivió el Santo, un lugar que se conserva tal y como estaba cuando era habitado por tan ilustre señor.