El 20 de septiembre del año del Señor 1936,
nuestra hermana la Beata Teresa Cejudo Mártir se despedía de sus hermanas, hija
y padre en la cárcel tras ser juzgada cuatro días antes, consciente de que ése
sería su último día con vida terrenal.
Saliendo de la cárcel para el suplicio, dijo
a sus compañeros de prisión, “hasta el Cielo, no temáis pronto estaremos en
presencia del Altísimo”. Ya en las tapias del cementerio donde fue ejecutada
junto a 18 personas más, pidió ser la última en morir para poder animar a todos
sus compañeros con la esperanza de la vida eterna. Quisieron vendarle los ojos
como al resto, pero ella se negó, del mismo modo que murió mirando de frente a
sus ejecutores y no de espaldas, porque no tenía miedo a la muerte, dando
muestras de su fortaleza cristiana. Sus últimas palabras antes de morir fueron:
“Los perdono, hermanos. Viva Cristo Rey”.
Los milicianos presentes en el fusilamiento
según sus propias declaraciones, quedaron asombrados de la valentía y entereza
de Doña María Teresa, en su forma de aceptar con serenidad incluso con una leve
sonrisa su muerte, impresionó su forma de caer al suelo, como si algo lo
estuviese sosteniendo.
El cuerpo de la Beata Teresa Cejudo Mártir
fue recogido para recibir santa sepultura con un disparo en el pecho y otro en
el abdomen, se encontraba descalza y parecía como dormida, esbozando sus labios
una leve sonrisa.
El día de hoy, cuando se cumplen setenta y
seis años de su muerte, debe hacernos reflexionar sobre nuestra actitud frente
a la Fe, tomar el valiosísimo ejemplo de nuestra hermana recibiendo su muerte
no con resignación, sino con una alegría inmensa, sabiendo que le esperaba el
descanso eterno junto a Nuestro Señor, su ejemplo de perdón infinito y su
valentía y capacidad de entrega para animar a sus familiares y compañeros a
pesar del duro momento que se le aproximaba, siendo siempre fiel a su Fe. Como
nos decía nuestro Señor Obispo, Don Demetrio Fernández, en su última carta
titulada “Mártires de nuestro tiempo": "Los mártires de la Iglesia enseñan a todos que la última palabra la tiene siempre el amor, que es capaz incluso de perdonar a los enemigos antes de la muerte, a causa de la fe".
Esta tarde a las 19:30 horas en la Parroquia de Santa Catalina de Alejandría se celebrará una Eucaristía para honrar la memoria de nuestra hermana la Beata Teresa Cejudo Mártir.