En la tarde noche de ayer, a las 20:00 horas daba comienzo la Santa Misa de la imposición de la ceniza en la Parroquia de Santa Catalina de Alejandría, ocupando la Sagrada Cátedra Don Pedro Fernández Olmo y concelebrada por Don Antonio Rides. La Santa Cruz en el Monte Calvario se encontraba en el presbiterio del templo parroquial, preparada para presidir el ejercicio piadoso del rezo del Santo Vía Crucis por las calles de Pozoblanco.
Al término de la multitudinaria misa se procedía a la preparación en el interior del templo del cortejo procesional que estuvo formado por la cruz de guía de la Hermandad escoltada por dos faroles, bandera de la Hermandad escoltada por varas de la misma, asamblea general de la Agrupación de Cofradías y Hermandades, Junta de Gobierno de la misma, capellán de la Agrupación de Cofradías y Hermandades, capellán de Nuestra Hermandad, capilla de ciriales e incensarios, paso de la Santa Cruz en el Monte Calvario y pueblo que la acompañó rezando el Vía Crucis.
Por un recoleto, y no falto de complicaciones, itinerario fue transcurriendo el ejercicio piadoso en un ambiente de recogimiento y oración. Hermosas estampas nos regaló la noche del miércoles de ceniza en la que la Santa Cruz de Nuestra Hermandad presidió el Vía Crucis de la Agrupación de Cofradías y Hermandades en un año tan importante como el Año de la Fe.
El rezo del Vía Crucis fue acompañado musicalmente por la capilla musical "Mater Dolorosa" que propició aun más el ambiente íntimo de oración y meditación.
Una hora y media aproximadamente después de cruzar el dintel de Santa Catalina, la Santa Cruz accedía a Nuestra Sede Canónica donde fue rezada la última estación del Vía Crucis ante la atenta mirada de Nuestra Santa Titular que se encontraba ataviada de hebrea, vestimenta propia para el tiempo litúrgico de cuaresma que comenzó ayer.
Finalizaba el acto con unas emotivas palabras por parte de Don Juan Caballero, capellán de Nuestra Hermandad, agradeciendo a todos el buen desarrollo del Vía Crucis y ofreciendo la bendición final a todos los asistentes.
Una hora y media aproximadamente después de cruzar el dintel de Santa Catalina, la Santa Cruz accedía a Nuestra Sede Canónica donde fue rezada la última estación del Vía Crucis ante la atenta mirada de Nuestra Santa Titular que se encontraba ataviada de hebrea, vestimenta propia para el tiempo litúrgico de cuaresma que comenzó ayer.
Finalizaba el acto con unas emotivas palabras por parte de Don Juan Caballero, capellán de Nuestra Hermandad, agradeciendo a todos el buen desarrollo del Vía Crucis y ofreciendo la bendición final a todos los asistentes.
